El flamenco cuenta con una larga historia, y sus orígenes se rastrean a varios continentes y épocas, siendo una mezcla viva y dinámica de culturas, músicas, y tradiciones. El 16 de noviembre de 2010 UNESCO lo declaró patrimonio de la humanidad, como un merecido reconocimiento de la riqueza y profundidad de este arte.
Han pasado más de diez años, y el flamenco sigue creciendo y evolucionando, siempre moviendo, viajando ente países y corazones. No se ha convertido en un objeto del museo, ni se ha reducido al tema de investigaciones universitarias dedicadas a folclore. Miles de personas en el mundo entero siguen estudiando, disfrutando y viviéndolo, de las familias artísticas andaluzas, donde el cante, baile o toque se pasa de generación a generación, a los jóvenes japoneses, franceses o indios, que se enamoran del flamenco una vez y para siempre.
En España, el Día Internacional del Flamenco se celebra en docenas de ciudades, peñas, escuelas de baile, calles, plazas, cátedras, conferencias, teatros y tablaos. Se baila, se canta, se pinta, se habla. De Cádiz a Madrid, de Sevilla a Valencia, de Córdoba a Extremadura, el 16 de noviembre, se dice “Olé”, conviviendo en el arte flamenco con todas sus dimensiones.